Si hablamos de carnes, hablamos de La Janda. Cuenta la leyenda que el propio Hércules pasó una de las pruebas luchando contra Gerionte, un gigante que tenía como rebaño “un ganado de toros y vacas de color rojo”. La raza autóctona conocida por la ternera retinta (que deriva del tono de la piel), hacen posible las mejores brasas y carnes sazonadas con el característico y puro de la zona.
Capturado con un laberinto de redes, que ya en sí suponen un espectáculo, el sabor potente y las múltiples posibilidades de cocinar hacen del atún un manjar del que ya el propio Aristóteles daba cuenta desde la Antigüedad. A todo ello, hay que sumarle el recurso natural de los esteros, donde se extraen unas especies ricas por su calidad, además de la salinidad que produce la propia marisma. Una rica, variada y de calidad posibilidad gastronómica que podrá paladear en los mejores lugares, con el mejor servicio posible y en entornos idílicos llenos de luz.